El proceso, independientemente de que el título vigente se haya adquirido por compraventa, herencia, dación, etc., tiene como punto de partida la captación de aquella por parte del corredor de propiedades que en otras palabras es la visita a la propiedad, el conocimiento de esta y la toma de sus características e imágenes. Hay ocasiones en que para nuestra oficina es inviable visitar la propiedad, ya sea por lejanía o dificultad de acceso. En ese caso si la parte vendedora así lo quiere, podemos coordinarnos con alguien de su confianza que tome imágenes y muestre el inmueble. Luego de esto se decide en qué precio se publicará, ojalá con el precio sugerido por el estudio de nuestra oficina, que suele ser sumamente certero.

Nos preocupamos de que la venta sea óptimamente difundida, a veces basta con publicaciones en Internet y en otras ocasiones hay que recurrir a medios más tradicionales como letreros y redes de contactos. Para mostrar la propiedad lo ideal es que esta se encuentre desocupada ya que de esta forma se pueden coordinar visitas libremente. Cuando el inmueble está ocupado tratamos de establecer días y horas concretas de visita y siempre acompañamos a los interesados. Cada vez que recibimos ofertas viables se las comunicamos a la parte vendedora y si hay acuerdo nos encargamos de elaborar una promesa de compraventa a la brevedad posible para que se firme en notaría.
Firmado el compromiso nos encargamos de conseguir los antecedentes requeridos por el abogado de la parte compradora para certificar en el estudio de títulos que no hay impedimento para concretar la venta. Una vez acreditado aquello, dicho abogado redacta la escritura definitiva que también será firmada en notaría. Hecho esto pasamos al trámite de inscripción, lo que se demorará según si hay hipoteca, cantidad de bancos involucrados, etc., pero nuestra idea es estar en permanente contacto con las instituciones involucradas (bancos, notarías, conservador) con el fin de evitar el estancamiento del proceso.
Finalmente informamos a la parte vendedora dónde acudir a recibir su pago y conseguimos los certificados de inscripción para liberar instrucciones notariales con el saldo del valor final.

Nos preocupamos de que la venta sea óptimamente difundida con el fin de que el comprador tome conocimiento de la existencia de la propiedad. Para mostrar la propiedad coordinamos visitas tratando de que los horarios sean lo más adecuado posible para el interesado. A veces nos tenemos que adaptar a los horarios de los residentes cuando las propiedades están ocupadas. Cada vez que nos hacen llegar ofertas viables se las comunicamos a la parte vendedora y si hay acuerdo nos encargamos de elaborar una promesa de compraventa a la brevedad posible para que se firme en notaría.
Firmado el compromiso nos encargamos de conseguir los antecedentes requeridos por el abogado de la parte compradora para certificar en el estudio de títulos que no hay impedimento para concretar la venta. Una vez acreditado aquello, dicho abogado redacta la escritura definitiva que también será firmada en notaría. Hecho esto pasamos al trámite de inscripción, lo que se demorará según si hay hipoteca, la cantidad de bancos involucrados, etc., pero nuestra idea es estar en permanente contacto con las instituciones involucradas (bancos, notarías, conservador) con el fin de evitar el estancamiento del proceso.
Finalmente informamos a la parte compradora del momento de la inscripción con el fin de coordinar la entrega de la propiedad con comprobantes de cuentas y gastos comunes (si es el caso) al día.

Al firmarse la promesa de compraventa, quedan en notaría instrucciones notariales con cheques para serles entregados al corredor de propiedades una vez inscrita la propiedad a nombre del comprador. Una vez presentados los certificados de inscripción al notario, se le entregan los documentos al corredor para su cobro.

El vendedor debe pagar a medias con el comprador las notarías en las cuales se firma promesa y escritura de compraventa. Además, debe cubrir los costos de la obtención de documentos para el estudio de títulos, ya sean estas escrituras, certificados, reglamentos, etc.

El comprador debe pagar a medias con el vendedor las notarías en las cuales se firma promesa y escritura de compraventa. Además, debe pagar el abogado que estudie los títulos y redacte la escritura. Por último, debe pagar la inscripción de la propiedad en el Conservador de Bienes Raíces respectivo. Ahora si la compra está financiada con crédito hipotecario, el banco cobrará gastos operacionales que incluyen lo ya dicho, más seguros e impuestos.

Cuando no hay banco otorgante de crédito el trámite depende de qué tan rápido se le entreguen los antecedentes al abogado y de la agilidad de este último. Entre la firma de promesa y pago final no debería tardar más de 45 días.
Cuando hay banco el trámite es un poco más lento y generalmente el trámite total toma alrededor de 90 días.

Muchas veces tenemos problemas en este punto ya que los compradores quieren recibir las llaves una vez firmada la escritura de compraventa, no obstante, la entrega de la propiedad debe hacerse una vez inscrita a su nombre en el Conservador de Bienes Raíces respectivo.